Las micro, pequeñas y medianas empresas representan más del 95% del total de compañías en México y generan el 71% de empleos en el país, de acuerdo a datos proporcionados por el INEGI. Además constituyen un sector estratégico para el desarrollo, pues contribuyen con el 40% de la inversión y el PIB nacional.
Pero alrededor de un 65% de estas empresas cierra sus puertas antes de cumplir 5 años, siendo el promedio de esperanza de funcionamiento de un negocio recién creado de tan sólo 7.8 años, por lo que es poco probable que llegue a consolidarse en el mercado nacional.
Entre las razones por las cuales tienden a desaparecer, además de la falta de acceso a los programas de financiamiento es la poca planeación estratégica y la casi nula inversión en capacitación.
Por desgracia, en nuestro país no se ha considerado a la capacitación como un factor de desarrollo, pero de acuerdo a las recomendaciones de la OCDE, debemos invertir en la capacitación y desarrollo de nuestro capital humano, si no queremos perder oportunidades.
De acuerdo a datos de la Encuesta de Productividad y Competitividad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sólo el 12.6% de las MiPyMEs invierte en capacitación y más del 87% no tienen contemplado incluirla en sus planes de crecimiento.
Esto es preocupante, pues es un aspecto fundamental para elevar la competitividad; incluso la representación en Nuevo León de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) realizó un estudio entre sus agremiados, donde los datos arrojaron que una de las causas por las que no invierten en capacitación es por considerar que los costos son muy elevados y que el hacer pausas para recibirla interrumpe la producción.
¿Por qué es vital la capacitación para las MiPyMEs?
Porque contrario al pensamiento que permea en muchos microempresarios, el invertir en capacitación puede ayudarlos a impulsar la productividad. El contar con personal calificado, que implemente y gestione programas de Mejora Continua reduce enormemente los costos de no calidad, pues detecta las áreas de oportunidad y minimiza los desperdicios, además de mejorar la calidad de producción y los tiempos de entrega.
Como lo expresó la COPARMEX, es urgente que las empresas reconozcan la necesidad de añadir valor a su negocio a través de personal mejor calificado, hacia la nueva era industrial 4.0. El capital humano es cimiento y motor de todas las empresas y su influencia es decisiva en el desarrollo, evolución y futuro de las mismas, por lo que es necesario que se comience a ofrecer capacitación a sus empleados, ya sea a través de cursos propios, externos o con apoyo de organismos empresariales e integrar a los planes estratégicos la capacitación y especialización de los grupos de trabajo.
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