El siglo XXI parece estar plagado de epidemias y condiciones que tienen que ver con la salud emocional de los trabajadores en las grandes ciudades; uno de los más comunes y que más preocupación ha producido por las autoridades de salud es el llamado “Burnout”.
¿Qué es?
El Burnout laboral, también es conocido como síndrome del quemado o síndrome de quemarse en el trabajo, es un trastorno emocional que está vinculado con el estrés causado por el trabajo, teniendo como síntomas principales depresión, ansiedad y agotamiento crónico, que a su vez causan bajas laborales. Este síndrome tiene consecuencias muy graves, tanto a nivel físico como psicológico.
El síndrome de Burnout suele aparecer, en la mayoría de los casos, en las personas que han elegido seguir su vocación (es muy frecuente en enfermería, medicina, magisterio y agencias de marketing) y con menos frecuencia en empleos mecánicos o que se desempeñan de forma obligatoria. Aunque al principio las manifestaciones y el malestar sólo se extienden a la vida laboral, finalmente también llegan a alcanzar la vida social y familiar del trabajador afectado.
El principal detonante de síndrome burnout es el entorno laboral y condiciones de en los que se está expuesto a altos niveles de estrés, carga de trabajo excesiva, poca autonomía, malas relaciones laborales y ausencia de apoyos por parte de sus jefes, así como la falta de formación para desempeñar las tareas, entre otros. El personal afectado puede llegar a padecer estrés crónico.
Las causas suelen ser exigencias excesivas que originan tensiones, la falta de organización en los procesos, líderes que no apoyan, el exceso de burocratización, los horarios extendidos y llevarse trabajo a casa son detonantes de este malestar. Aunado a la acelerada vida que se lleva en las grandes ciudades, el Burnout provocan un desgaste que se traduce en poca productividad, nula proactividad, menor eficiencia, poco o nulo compromiso con el trabajo, malas relaciones entre los compañeros de trabajo, además de apatía, frustración ira y tristeza.
¿Cómo saber si estamos “quemados” por tanto trabajo?
Como tal no hay síntomas específicos pues cada persona reacciona al estrés de manera distinta, pero podemos agrupar de forma general los siguientes signos de alarma.
- Sentimiento de agotamiento, fracaso e impotencia
- Baja autoestima
- Poca realización personal
- Estado permanente de nerviosismo
- Dificultad para concentrarse, o poca creatividad
- Comportamientos agresivos
- Dolor de cabeza y otros síntomas físicos como taquicardia
- Insomnio
- Bajo rendimiento
- Ausentismo laboral
- Aburrimiento y procrastinación
- Impaciencia e irritabilidad
- Comunicación deficiente.
¿Cómo prevenirlo o detenerlo?
La prevención de este mal, debe comenzar en el entorno, evaluando las situaciones que generan el estrés y la ansiedad en el trabajador, así como tomar medidas adecuadas para intentar reducirlo.
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